El futuro del bienestar humano depende de la salud de los mares y océanos. La contaminación y la polución afectan gravemente a los ecosistemas marinos.

Hablando solo de la ciudad de Palma, cada año aumenta considerablemente la cantidad de residuos generados en la temporada de verano en la ciudad. Por ejemplo, este pasado junio de 2017 se generó  un 12% más respecto al mismo mes del pasado año 2016. Se produjeron 20.861 toneladas de residuos, cifra superior a las 18.628 toneladas del mismo periodo en 2016.

Hablando de un territorio más amplio, el litoral de Mallorca, durante el mismo mes de Junio de 2017 se han recogido 8,9 toneladas de residuos y si ampliamos el mapa a nivel balear, se han retirado 15,72 toneladas de basura.

De estos datos podemos sacar la impactante conclusión de que durante ese mismo mes de Junio de 2017, se ha estado retirando de manera diaria media tonelada de residuos en las costas del archipiélago, de los cuales un 42,31% son plásticos, un 24,5% maderas y un 16,06% de vegetación y otros productos orgánicos.

La problemática de estos residuos no radica en la belleza o no de cómo veamos el entorno, sino el importante impacto irreversible que éstos generan en nuestros mares y océanos, amenazando a toda su fauna y flora habitante e incluso pudiendo llegar a provocar la extinción de especies.

¿Y qué podemos hacer?

Por muy individual y pequeño que parezca, cada gesto cuenta. Recoger nuestra basura de la playa o la montaña, recoger residuos que encontremos aunque no sean nuestros, además de reciclar todos los que nosotros mismos generamos en el día a día de nuestras vidas.

Con la colaboración de todos, convertiremos estos pequeños pasos en grandes zancadas que nos dirigirán a mejorar el estado de salud y conservación de nuestro planeta, abocándonos al bienestar global de todos sus habitantes, incluidos los seres humanos.

 Es nuestro deber, cuidemos y respetemos lo que tenemos.