La temporada de verano ya ha llegado a nuestras islas y a toda la cuenca del Mediterráneo.
Con ella, empieza la denominada temporada alta por la actividad turística que se genera en nuestro territorio.
En los últimos años, el volumen de visitantes ha aumentado, lo que genera muchos beneficios económicos y a la vez muchos inconvenientes desde el punto de vista medioambiental, entre ellos un incremento considerable de los residuos generados.
El mar Mediterráneo es uno de los mares más contaminados del planeta debido a que es un mar interior y sus aguas tienen escasa renovación.
Nuestro mar representa el 1% de la superficie marina mundial y en él vive aproximadamente el 9% de la biodiversidad marina de todo el planeta. Esta excepcional riqueza natural se encuentra en peligro.
El calentamiento global, la contaminación, los plásticos, determinadas actividades pesqueras y recreativas, el intenso tráfico marítimo y la destrucción de su litoral amenazan el Mediterráneo, uno de los destinos turísticos más populares del mundo.
Uno de los mayores factores negativos con el que luchamos es el plástico, nos asusta pensar que la mitad de todos los plásticos que empleamos, son un solo uso.
El tiempo de degradación del plástico depende del tipo y de las condiciones ambientales a las que se expone (luz solar, oxígeno, agentes mecánicos). En el caso de los océanos, la radiación ultravioleta procedente de la luz solar es el principal agente que degrada el plástico. La acción del oleaje acelera este proceso y como resultado los fragmentos más grandes se van rompiendo en trozos más pequeños hasta llegar a formar los microplásticos.
Los científicos vaticinan que en el año 2050, habrá más plástico que peces en el mar.
Los microplásticos entran a formar parte de las especies marinas a través de las cadenas alimenticias pasando de un nivel trópico a otro y terminan siendo consumidos por el ser humano.
Seamos residentes o turistas debemos cuidar de la naturaleza de la cual disfrutamos y que será el legado de las futuras generaciones.
Trabajemos todos para mantener el entorno limpio. Recoger la basura en la playa o en la montaña aunque no sea nuestra, no tirar colillas, usar solo el agua necesaria, respetar la fauna y flora de las playas, usar cremas solares biodegradables, colaborar con la recogida selectiva de residuos, usar cuando sea posible el transporte público y ahorrar energía e incrementar el uso de energías renovables, son algunas acciones que la naturaleza te agradecerá.